Al conmemorar el Día de los Derechos Humanos, reafirmamos el compromiso universal con los principios fundamentales consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En el siglo XXI, en plena era de la inteligencia artificial (IA) y la desinformación, la sociedad enfrenta el desafío de asegurar que estos valores sigan vigentes en un mundo profundamente impactado por la digitalización, la transformación digital y la transición tecnológica.
Desde su concepción, desarrollo y despliegue, el Sistema Integrado de Teleprotección con Inteligencia Artificial (SITIA), una iniciativa piloto mandatada por un compromiso presidencial e impulsada por el Ministerio del Interior y la Subsecretaría de Prevención del Delito, ha buscado integrar el potencial de la inteligencia artificial y las tecnologías emergentes para la prevención del delito y la seguridad de las personas y los territorios. Este proyecto se ha anclado en el respeto a la dignidad humana y en los valores democráticos, garantizando que la integración y aplicación de inteligencia sobre la infraestructura digital y de datos se realice en un ambiente de desarrollo de algoritmos transparentes, explicables y bajo una gobernanza ética, sin discriminación. Este compromiso es esencial para construir un entorno digital que promueva valores universales.
SITIA es un ejemplo tangible del humanismo tecnológico, un paradigma que asegura que los avances digitales se desarrollen con un enfoque centrado en las personas. Este modelo no solo aboga por el uso de tecnologías éticas y responsables, sino que también busca equilibrar la innovación tecnológica, emprendimiento tecnológico y la protección de los derechos fundamentales. Desde esta perspectiva, los algoritmos y sistemas inteligentes, tanto propios como de terceros, se diseñan en ambientes protegidos para servir a las comunidades, respetando la diversidad y promoviendo la inclusión en cada proceso de desarrollo y aplicación.
Asimismo, el humanismo tecnológico enfatiza la necesidad de empoderar a los ciudadanos, proporcionándoles herramientas y conocimientos para comprender y participar activamente en las decisiones tecnológicas que afectan sus vidas. La tecnología debe ser un medio para reforzar el bienestar colectivo y la justicia social, no un fin en sí misma. Este enfoque, adoptado por SITIA, demuestra que es posible construir una relación respetuosa y sostenible entre la humanidad y las herramientas digitales.
SITIA refleja los usos positivos de la tecnología para reforzar el bienestar colectivo y resolver problemas públicos. El Estado chileno ya cuenta con casos de uso alineados con este enfoque, como algoritmos para detectar redes criminales, herramientas que acortan listas de espera en salud y sistemas automatizados que identifican infracciones de tránsito. También destacan innovaciones en IA, como software para analizar exámenes cerebrales y determinar tiempos críticos en accidentes cerebrovasculares, algoritmos que protegen la biodiversidad, herramientas que monitorean la probidad de los funcionarios públicos y sistemas que asignan locales de votación más cercanos, mejoran la gestión del transporte público o predicen riesgos de desastres naturales. Estos ejemplos refuerzan que, cuando se integra en un marco ético, la IA puede ser un motor para el progreso inclusivo, protegiendo y fortaleciendo los derechos humanos.
La calidad de la democracia está íntimamente ligada al uso ético y transparente de la tecnología. En un mundo digitalizado, los proyectos con IA deben ser espacios donde la innovación tecnológica esté al servicio del humanismo. Los ciudadanos demandan que estas tecnologías se utilicen para resolver problemas públicos, pero esto solo será posible en un entorno confiable y ético. Esto implica desarrollar estrategias para la protección de datos, garantizar la transparencia en su uso y establecer un sistema confiable que inspire confianza en los ciudadanos. En este sentido, SITIA ofrece un ecosistema capaz de detectar vehículos con encargo, personas extraviadas y prófugos de la justicia, siempre en un marco de respeto a los derechos humanos que proteja las libertades, los datos personales, la dignidad humana y la igualdad en un entorno digital.
En un mundo digitalizado, los ciudadanos exigen que las innovaciones tecnológicas estén al servicio del bien común, no como instrumentos de control o discriminación. Esto requiere adoptar modelos de gobernanza digital que incluyan transparencia en el uso de los datos, protección de la privacidad y desarrollo de infraestructuras digitales confiables. Así se asegura que las decisiones tecnológicas sean participativas y beneficien a toda la sociedad, reforzando la confianza en las instituciones democráticas.
La inteligencia artificial no es una solución mágica, pero sí una herramienta poderosa que, utilizada dentro del marco del humanismo tecnológico, puede marcar una diferencia crucial en la lucha contra el delito y otros desafíos sociales. El proyecto SITIA es una muestra clara de cómo la tecnología puede contribuir al bienestar colectivo y al respeto de los derechos fundamentales. Aunque aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar su máximo potencial, ya está ayudando a construir un Estado más eficiente y una sociedad más segura.
En este Día de los Derechos Humanos es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de integrar la tecnología con la dignidad humana, la calidad democrática y la justicia social. La IA no debe percibirse como una amenaza, sino como una oportunidad única para construir un futuro más justo, donde los valores que nos definen como humanidad sigan siendo el eje central de nuestras sociedades.
Dr Rodrigo Ramírez Pino
Jefe del Proyecto SITIA y académico de FLACSO
Patricio Urriola
Encargado de Gobernanza de datos SITIA
Director del Diploma Ciencia de datos, gobiernos locales y territorio FLACSO
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